El Manchester United es, sin duda, uno de los clubes más grandes y ricos del planeta, y nunca ha tenido miedo de abrir la chequera para traer a los mejores talentos. Cada vez que se rompe un récord de traspaso en Old Trafford, las expectativas se disparan hasta el cielo. Los aficionados sueñan con goles, títulos y jugadas para la historia, pero la realidad es que una etiqueta de precio alta no siempre garantiza el éxito. Es una apuesta de alto riesgo que puede catapultar al equipo a la gloria o convertirse en un peso insoportable para el jugador.
A lo largo de los años, hemos visto de todo: desde fichajes que justificaron cada céntimo y se convirtieron en leyendas, hasta otros que, por diversas razones, no lograron brillar y son recordados como auténticos fracasos. En esta lista, no solo repasaremos los traspasos más caros de la historia del club hasta la temporada 23/24, sino que también nos aventuraremos a imaginar algunas incorporaciones futuras para la temporada 25/26. ¿Estás listo para analizar quién triunfó y quién se quedó en el camino? ¡Vamos a sumergirnos en el fascinante y a menudo polémico mundo de los fichajes millonarios del Manchester United!
La llegada de Juan Mata desde el Chelsea en enero de 2014 fue un rayo de esperanza en una de las temporadas más oscuras del Manchester United post-Ferguson. Fichado en pleno mercado de invierno, 'El Mago' aterrizó en Old Trafford después de haber sido nombrado el mejor jugador del Chelsea durante dos años consecutivos, una situación inusual que el United aprovechó para hacerse con un talento de clase mundial. Su fichaje representó una declaración de intenciones y trajo una dosis muy necesaria de creatividad y calidad técnica a un equipo en apuros.
Aunque quizás no alcanzó las cotas de estrellato que tuvo en Stamford Bridge, Mata se convirtió en una figura inmensamente querida y respetada durante sus más de ocho años en el club. Su inteligencia en el campo, su visión de juego y su exquisito toque de balón le ganaron el cariño de la afición. Fue parte fundamental de los equipos que ganaron la FA Cup, la Europa League y la Copa de la Liga, dejando momentos inolvidables y demostrando ser un profesional ejemplar tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Completando nuestra trilogía de fichajes hipotéticos para la temporada 25/26, encontramos a Matheus Cunha. El delantero brasileño de los Wolves, con pasado en el Atlético de Madrid, aportaría la 'ginga' y la creatividad sudamericana que a veces se echa en falta en el ataque del United. Cunha es un jugador técnicamente superdotado, capaz de jugar como segundo delantero, mediapunta o incluso en banda, destacando por su regate y su visión de juego.
Su fichaje sería una apuesta por el talento y la imprevisibilidad, buscando un jugador que pueda romper defensas cerradas con una acción individual. Su versatilidad sería un gran activo para el entrenador, permitiéndole variar los sistemas de ataque. La clave para su éxito sería añadir una mayor consistencia goleadora a su indudable talento para justificar una inversión tan importante.
En nuestra visión del futuro para la temporada 25/26, el United podría optar por un perfil diferente: un jugador contrastado en la Premier League como Bryan Mbeumo. El atacante del Brentford ha demostrado ser uno de los jugadores más consistentes y peligrosos de la liga, destacando por su velocidad, su capacidad para marcar y asistir, y su polivalencia para jugar en varias posiciones del frente de ataque. Su fichaje sería una apuesta por la fiabilidad.
A diferencia de otras estrellas llegadas de ligas extranjeras, Mbeumo no necesitaría un período de adaptación. Su incorporación buscaría añadir rendimiento inmediato y soluciones probadas al ataque del equipo. Aunque el precio de 75 millones podría parecer elevado, el club pagaría por la certeza de saber que está fichando a un jugador capaz de rendir desde el primer día en la competición más exigente del mundo.
La llegada de Ángel Di María en 2014, procedente del Real Madrid, fue un fichaje galáctico. Acababa de ser nombrado el mejor jugador de la final de la Champions League y se le entregó la mítica camiseta con el número '7'. Su inicio fue espectacular, deslumbrando a la Premier League con su velocidad, sus regates y goles memorables como la vaselina contra el Leicester City. Parecía que el 'Fideo' estaba destinado a triunfar en Old Trafford.
Sin embargo, todo se torció rápidamente. Un traumático intento de robo en su casa afectó profundamente a su familia y a su estado de ánimo. A esto se sumó una mala relación con el técnico Louis van Gaal, que lo utilizaba en posiciones que no le favorecían. Apenas un año después de su llegada, forzó su salida al PSG, convirtiéndose en uno de los fracasos más sonados y decepcionantes de la historia del club, un talento de clase mundial que se apagó en Manchester.
Imaginemos un futuro cercano, en la temporada 25/26, donde el Manchester United decide hacer otra gran inversión en su delantera con el fichaje de Benjamin Šeško. El delantero esloveno del RB Leipzig es uno de los jóvenes más prometedores de Europa, un ariete que combina una altura imponente con una velocidad sorprendente y una gran capacidad de finalización. Su llegada representaría la búsqueda de un '9' total, capaz de dominar el área y ser una referencia constante.
Un fichaje de este calibre generaría una competencia feroz con Rasmus Højlund, o incluso podría dar lugar a una dupla de ataque temible. La experiencia con fichajes de la Bundesliga como Sancho podría generar escepticismo, pero el perfil de Šeško es diferente. Sería una apuesta arriesgada pero con un potencial de recompensa altísimo, buscando asegurar un ataque de élite para los próximos años.
La apuesta por Rasmus Højlund fue una clara inversión de futuro. El joven delantero danés llegó procedente del Atalanta por una cifra muy elevada para un jugador de su edad y experiencia, generando un debate sobre si el club estaba pagando de más por su potencial. Su campaña de debut en la Liga de Campeones fue espectacular, donde se convirtió en el máximo goleador del equipo y demostró su instinto y su capacidad para moverse en el área.
En la Premier League, su adaptación fue más lenta y le costó varias jornadas estrenarse como goleador. A pesar de ello, su incansable trabajo, su velocidad y su potencia física han dejado muy buenas sensaciones entre la afición. Se le ve como el delantero centro del futuro, un diamante en bruto que, si se pule correctamente, puede convertirse en una estrella mundial y justificar la enorme inversión realizada.
El Manchester United fichó a Romelu Lukaku del Everton con un objetivo claro: tener un '9' de garantías que asegurara una gran cantidad de goles. Y en su primera temporada, el delantero belga cumplió con creces, anotando 27 goles en todas las competiciones y siendo la principal referencia ofensiva del equipo de José Mourinho. Su potencia física y su capacidad de remate parecían ser exactamente lo que el equipo necesitaba para competir al más alto nivel.
Sin embargo, en su segundo año, su rendimiento bajó y empezaron a surgir dudas sobre su primer toque y su encaje en un estilo de juego más asociativo. Perdió la confianza y, con la llegada de Ole Gunnar Solskjær, también su puesto de titular. Finalmente, fue vendido al Inter de Milán, donde recuperó su mejor nivel y demostró ser uno de los mejores delanteros del mundo, dejando en Manchester la sensación de que quizás no se tuvo la paciencia necesaria con él.
La llegada de Jadon Sancho fue el final de una de las sagas de fichajes más largas y esperadas por la afición del United. Tras brillar de manera espectacular en el Borussia Dortmund, el joven extremo inglés era visto como la pieza que faltaba en el ataque, un jugador capaz de aportar goles, asistencias y desequilibrio desde la banda. La expectación era máxima, y se esperaba que su adaptación a la Premier League fuera inmediata y exitosa.
Lamentablemente, la realidad fue muy diferente. Sancho nunca logró replicar en Old Trafford la magia que mostraba en Alemania, pareciendo un jugador sin confianza y perdido en el sistema del equipo. Sus problemas culminaron en un enfrentamiento público con el entrenador Erik ten Hag, que lo apartó del primer equipo y forzó su regreso al Dortmund en calidad de cedido. Su fichaje es, hasta ahora, una de las mayores decepciones de la historia reciente del club.
En 2019, el Manchester United convirtió a Harry Maguire en el defensa más caro de la historia, con la esperanza de que solidificara la zaga y se convirtiera en el líder que tanto necesitaban. Su impacto inicial fue positivo, y rápidamente se le otorgó el brazalete de capitán, mostrando jerarquía y siendo una amenaza constante en el juego aéreo. Parecía que el club había acertado al apostar por él para comandar la defensa durante muchos años.
Sin embargo, su rendimiento decayó drásticamente, convirtiéndose en el blanco de críticas feroces y, a menudo, desmedidas por parte de aficionados y medios de comunicación. Una serie de errores individuales y una notable falta de velocidad minaron su confianza, lo que le llevó a perder la capitanía y, finalmente, la titularidad. Su caso es un claro ejemplo de cómo la presión en un club como el United puede afectar incluso al jugador más sólido.
Antony llegó al Manchester United procedente del Ajax como una petición expresa del entrenador Erik ten Hag, quien confiaba plenamente en el extremo brasileño. El club pagó una cifra descomunal, 95 millones de euros, por un jugador con un enorme potencial pero aún por consolidarse en la élite. Su debut fue soñado, marcando contra el Arsenal y mostrando su descaro y su habilidad en el uno contra uno, lo que hizo pensar que el United había encontrado por fin la solución para su banda derecha.
No obstante, con el paso del tiempo, Antony ha sido objeto de duras críticas por su falta de regularidad y su escasa contribución en goles y asistencias, especialmente en relación con su coste. Se le acusa de ser predecible y de abusar de su característico recorte hacia dentro. Aunque su ética de trabajo es innegable, la presión de su precio es una losa pesada y todavía tiene mucho que demostrar para convencer a la afición de que su fichaje fue un acierto.
El regreso de Paul Pogba a Old Trafford en 2016 rompió el récord mundial de fichajes en ese momento y generó una expectación sin precedentes. Tras haberse marchado gratis a la Juventus, el United pagó una suma astronómica para traer de vuelta al hijo pródigo, esperando que se convirtiera en el líder del centro del campo durante la próxima década. Su innegable talento, con una combinación única de físico, técnica y visión de juego, le permitió ofrecer actuaciones espectaculares y momentos de pura magia que recordaban por qué el club había hecho semejante inversión.
Sin embargo, su segunda etapa en Manchester estuvo marcada por la inconsistencia, las lesiones y un debate constante sobre su mejor posición y su compromiso. A pesar de contribuir a la conquista de la Europa League y la Copa de la Liga, muchos aficionados sintieron que nunca alcanzó el nivel superlativo que mostró en la Juventus o con la selección francesa. Finalmente, se marchó de nuevo gratis, dejando un sabor agridulce y un balance financiero desastroso para el club.